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Publicado por anzooo

Con las manos empapadas de una sangre espesa, arrodillado y mirando al suelo, el sargento Rojas gemía de dolor. Ramón se abía quedado con la boca abierta, al otro lado del pasillo, conteniendo la respiración lo más posible. "Con lo duro y serio que parecía, y no es que un pobre mamarrasho que se arrodilla por una patadita de nada"
- ¡Levanta mariquita! - gritó Ramón.
El sargento lo miró con un centelleo de rabia en los ojos. Intentó erguirse pero el revólver se volvió a posar en su nuca. Mientras el preso desvariaba, riendo a carcajadas. El cigarrillo con marihuana le había subido a la cabeza, y sus efectos le provocaban un placentero bienestar, y unas incontenibles ganas de reir.
Rosana consiguió templar sus nervios, y con una voz firme y autoritaria le dijo al sargento:
- Levántate muy despacio, ningún movimiento tonto, ¿entendido?
Y al oído, pero que era perfectamente inteligible le susurró: - que nos lo vamos a pasar muy bien.
- ¡Anda que si nos lovamos a pasar bien!, ya esta llegando - dijo el recluso.
Y el preso se quedó prfundamente dormido, de golpe, cayéndose de la cama y provocando un sonoro golpe en el suelo.

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