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Publicado por anzooo

El preso se asomaba entre los barrotes cada cinco minutos, agarrándose fuertemente con ambas manos e intentando subir andando por la pared, aunque sus pies resbalaban constantemente en la fría piedra. Oliesqueba el exterior con ansia, moviendo los ojos de derecha izquierda de forma nerviosa. El continuo salpicar de las gotas de lluvia en el alféizar hizo que se le humedecieran las manos, deslizándose los dedos fuera de los barrotes, haciéndole caer al suelo.
El ruido sordo recorrió todo el pasillo llegando a los oídos del sargento y de los demás presos, que rieron a carcajadas. El sargento saltó sobresaltado de su silla, y con semblante dubitativo se dirigió a la celda de donde había salido el ruido. Golpeó los barrotes con la porra, gritó y maldijo:
- ¡¿Se puede saber que diablos ha pasado aquí?!
Las carcajadas de los demás presos cesaron. Y el de la celda de al lado dijo con voz ronca, reprimiendo la risa:
- Ese pobre desgraciao, que se ha estampao contra el suelo. Intentaba trepá por la paré. Es muy gracioso señó sargento.
El sargento miró al preso tendido boca arriba en el suelo, y cuando iba a decirle algo éste empezo a reir. Retorciéndose en el suelo, y gritando:
- ¡Ya viene!.

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