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Publicado por anzooo

Las estrellas iluminaban la noche, que helaba los huesos de los presos. La luna nueva daba un aspecto vacío a la noche, que le faltaba ese gran foco blanco. El suelo de la celda estaba lleno de hojas de papel escritas a lápiz, arrugadas en forma de pelotas. El silencio nocturno lo rompía el chirriar de los muelles del colchón de Rosana, que chirriaban a causa de las embestidas del sargento Rojas. El preso no podía dormir, no por el ruido sino por ese olor que él olía.
Los mueles cesaron de sonar, y se oyó un ruido sordo cuando el sargento cayó al suelo, exahusto.
El preso examinaba el techo de su celda con la poca luz que entraba por la ventana. De repente se levantó una ráfaga de aire, el preso se levantó de un salto y fue a mirar por la ventana. Una de las pelotitas había pasado entre los barrotes y cruzó el pasillo, hasta llegar a la celda de Ramón; quien estaba también despierto.
Cogió la pelotita de papel, la desenvolvió y leyó lo que ponía:
"Ya está aquí, es sólo cuestión de tiempo que llegue. Ha tardado mucho tiempo, ¿qué habrá pasado?, la calma chicha que precede a la tormenta era ya insoportable, pero ya la tormenta se acerca, e inundará a todas las personas con su agua. En el aire huelo ya su llegada, se acerca poco a poco, y soy yo el único que la espera"
Ramón miró al preso que miraba por la ventana, y pensó: "Que tipo más raro, todo el munco sabe que nunca llueve por la noche"

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